HABLANDO EN PRIVADO
sábado, octubre 15, 2005
  COMPANYS: LA VERDADERA HISTORIA




¿Era Luís Companys el líder democrático que hoy se pretende rehabilitar? Nada más lejos de la realidad.


Companys no era un revolucionario obrerista, se trataba de un burgués de izquierdas, por tanto con unas raíces filosóficas relacionadas más con el individualismo y relativismo, que con el totalitarismo marxista, pero que no le impidió adoptar posturas frontalmente contrarias a la convivencia democrática.

Companys un personaje mediocre, mezquino y oportunista, con una ideología bastante simplona, de corte jacobino, que evolucionó de la indiferencia e incluso antipatía por el catalanismo al autonomísimo, para terminar en el separatismo cerril, pero que le permitió adaptarse a las circunstancias cambiantes de una época de efervescencia política.

Al igual que su partido, Esquerra Republicana de Catalunya, el perfil intelectual de Companys era bajo, su credo ideológico se basó en el aprovechamiento del sentimentalismo catalanista más elemental, para “llorar” y explotar los supuestos agravios históricos a que Madrid había sometido a Cataluña y conquistar un Estado Catalán, legitima aspiración que impedía la España reaccionaria.

La ERC se había formado a partir del partido Estat Catalá de Macía, un ex coronel del ejército que se había pasado del españolismo al catalanismo.

Personaje, un tanto ridículo, que elucubraba desde Francia una invasión “liberadora” de Cataluña con apoyos de Moscú. A él se unió el grupo de Companys, un abogado que había adquirido cierto renombre defendiendo anarquistas y que presidía la agrupación Republicá Catalá, además participaban otros elementos procedentes del entorno del periódico L´Opinió.

Se trata pues de un partido de oportunidad, que sólo logró protagonismo gracias a las negligencias y convulsiones que caracterizaron a la II República. No en vano, José Pla, el más insigne escritor de la cultura catalana, juzga a la Esquerra, diciendo que estaba “llena de los tópicos del humanismo más insincero y tronado”.

La proclamación de la II República da la posibilidad a este grupúsculo de obtener un protagonismo impensable frente al nacionalismo moderado de Cambó y la Lliga, hasta entonces principal representante del catalanismo.

Maciá secundado por Companys, concejal electo, se apropia el día 14 de abril de 1931, por la vía de hecho del ayuntamiento y diputación de Barcelona proclamando la República Catalana.

Normalizada la situación institucional ERC, aprovecha la popularidad ganada por el golpe de efecto que aunó republicanismo y catalanismo en el momento más oportuno, y obtiene en Cataluña, en las primeras elecciones republicanas, un magnifico resultado, que una vez aprobado el polémico estatuto de autonomía de Cataluña, catapultó, primero a Macía, y tras su muerte a Companys, a la presidencia de la Generalidad de Cataluña.

Instalado en el poder Companys apostó por un separatismo cada día más extremista. Con ocasión de la declaración de inconstitucionalidad de la Ley de Contratos de Cultivo de la Generalidad, por parte del Tribunal de Garantías Constitucionales creado por el gobierno Azaña, que estimó un recurso de la Lliga, es decir del catalanismo de derechas, al considerar que el parlamento catalán había vulnerado el reparto de compendias al entrar a regular tal cuestión, Companys, en vez de acatar la decisión judicial decidió forzar un enfrentamiento con la autoridades republicanas en Madrid, que habían cambiado de signo tras las elecciones de 1933.

Companys se negó deliberadamente a la salida negociada del conflicto, acudiendo a la demagogia ramplona de siempre, para espolear los sentimientos catalanistas, presentando la cuestión como una afrenta del gobierno de centro-derecha, y en definitiva de España, a los catalanes.

Companys dijo que los catalanes sufrían una agresión “de los lacayos de la monarquía y de las huestes fascistas monárquicas” y advirtió, en clara incitación al uso de la fuerza, que no se repetirían las ocasiones en que los catalanes habían sido injuriados y no habían sabido responder con la violencia precisa.

Mientras el órgano de ERC, el diario L´Opinió proclamaba: “El parlamento catalán, que es soberano responderá a España […] ¡No somos más que catalanes¡, y en el Parlamento en Madrid, el portavoz de ERC denunciaba las “agresiones tan manifiestas a la autotomía de Cataluña” y la retirada de las Cortes de su formación.

Companys siguió alimentando el fuego de la radicalización. Instaló como conseller de gobernación a Dencás otro patético personaje, que imitando los aspavientos teatrales de Maciá, había creado los “escamot” una milicia de atrezo para el partido, a modo de bufa imitación de los fascios italianos, que hacía gala de un furibundo credo secesionista.
El conflicto entre Generalidad y Estado se saldó con un acuerdo por el que la Ley se adaptaba en su reglamento a las peticiones del gobierno central. Sin embargo la violencia había anidado en el ánimo de la sociedad catalana, y la quema del Palacio de Justicia de Barcelona por unos nacionalistas exaltados, anunciaba que más que una solución, se abría un paréntesis en espera de acontecimientos.

Y estos llegaron el de 6 de octubre de 1934. Companys, prisionero de sus proclamas catalanistas, rehén de su discurso demagógico que había buscado la rebeldía popular apostó por la total ruptura con la legalidad democrática republicana ALZÁNDOSE EN ARMAS en connivencia con el PSOE en lo que fue, ni más ni menos, que un intento de GOLPE DE ESTADO.

La disculpa, la entrada en el gobierno del partido más votado en las últimas elecciones, la derechista CEDA.

Companys, desde los balcones de la Generalidad lanzó la siguiente arenga: “Las fuerzas monarquizantes y fascistas que de un tiempo a acá pretenden traicionar a la República han logrado su objetivo y han asaltado el poder. Los partidos y los hombres que han hecho publicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra; los núcleos que predican constantemente el odio y la guerra contra Cataluña, constituyen hoy el soporte de las instituciones. Todas las fuerzas auténticamente republicanas y los sectores sociales avanzados, sin excepción ni distinción, se han levantado en armas contra la audaz tentativa fascista.

Cataluña enarbola su bandera y llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia absoluta al gobierno de la Generalidad, que, desde este momento, rompe toda relación con las instituciones falseadas. En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del parlamento, el gobierno que presido asume todas las facultades del poder en Cataluña, proclama el estado Catalán dentro de la República Federal Española …”

Companys contaba con los aproximadamente 3.400 escamots de Dencás y Badia y unos 400 mozos de escuadra al mando de Pérez Farras, tanto la Guardia de Asalto como la Guardia Civil, pese a su dependencia formal de la Generalidad, no se sumaron a la intentona golpista.

La intervención en Barcelona de las tropas del ejército leales a la República, compuestas de unos 500 hombres, bajo el mando del general Batet frustraron el golpe, sin apenas resistencia de los nacionalistas, que se rindieron tras los primeros intercambios de disparos.

Los escamots salieron huyendo, demostrando que apenas servían para algo más que desfilar y fanfarronear ante pusilánimes tenderos. En cuanto a los rabassaires, pequeños agricultores catalanes, cuyo apoyo popular esperaba la Esquerra, no se embarcaron en la insensata aventura de Companys.

El pronunciamiento había comenzado el 6 de octubre y finalizó la mañana del día 7, apenas había durado unas horas, pero la estúpida ambición de Companys dejó aproximadamente 73 muertos innecesarios.

Detenido y juzgado el sedicioso presidente de la Generalidad fue condenado a 30 años de prisión.

Con el triunfo del Frente Popular en 1936 Companys salió de la cárcel, e increíblemente, pese a su reciente pasado delictivo fue restablecido en su cargo de Presidente de la Generalidad, como si nada hubiese pasado.

De lo poco arrepentido que estaba de su actuación antidemocrática, y de lo poco que le importaban las vidas de los ciudadanos da fe el propio Azaña, que critica la intención de Companys una vez excarcelado, de presentarse inmediatamente en Barcelona para “tomar posesión del gobierno por la fuerza”, “disparate colosal, repetir otro 6 de octubre, y hacérmelo a mí”.

Desde la cárcel Companys había jugado sus bazas políticas al colaborar en la tarea del Frente Popular de atraerse los votos de los anarquistas. La Esquerra envió al diputado Trabal, que en compañía de Salvat y Farreras, negoció con los líderes anarquistas su apoyó electoral. A cambio exigían la entrega de armas, quedando muy patente que la intención de las fuerzas revolucionarias no acababa en la obtención de una victoria electoral.

Durante los meses de violencias que siguieron, la CNT se cobró su tributo a la contribución que en votos hizo para el triunfo del Frente Popular. En Cataluña una Generalidad sobrepasada “tolero” sus desmanes, que llegaron hasta el asesinato de los famosos hermanos catalanistas Badia, que tan activamente habían participado en el levantamiento de la Generalidad en octubre del 34.

El alzamiento militar del 18 de julio fracasa en Cataluña. Companys y la Esquerra no tienen escrúpulo alguno en coaligarse con la CNT para prescindir del gobierno central e INSTAURAR DE FACTO UN RÉGIMEN semiindependiente en Cataluña.

El terror que despliegan los milicianos se ve respaldado legalmente por Companys, que el 23 de julio de 1936 promulga un decreto que dice: “La rebelión fascista ha sido vencida por el heroísmo popular y el de las fuerzas locales. Precisa, pues, acabar de aniquilar en toda Cataluña los últimos núcleos fascistas existentes y prevenirse contra los posibles peligros de fuera.

Por tanto a propuesta de la presidencia, y de acuerdo con el Consejo Ejecutivo, decreto lo siguiente:

1º Se crean las milicias ciudadanas para la defensa de la República y la lucha contra el fascismo y la reacción …

2º En toda Cataluña se constituirán los Comités locales de defensa que deberán obrar de acuerdo con el Comité Central”.

La actuación de esos comités y milicias, tuvo como resultado el ASESINATO en Cataluña de 8.000 personas durante 1936, según estimaciones del propio Companys y el destacado miembro de ERC, Jaime Miravitlles.

El número de ejecuciones fue tan elevado en las primeras semanas, y la represión tan brutal, que el propio Companys tuvo que protestar ante el Comité Central controlado por los anarquistas García Oliver y Peiró.

En noviembre de 1936 disuelve la Oficina Judicial controlada por la CNT sustituyéndola por los Tribunales Populares, que se habían creado en el mes de octubre. La relación simbiótica de la Esquerra de Companys con el anarquismo finalizó en abril de 1937. En dichas fechas los comunistas del PCE, muy fortalecidos por la importante presencia militar y política soviética en España, pretendían dominar al resto de organizaciones obreras y los resortes de poder de la República.

En Cataluña los comunistas coaligados con socialistas en el PSUC pretendían acabar con el dominio de los anarquistas. Durante los meses de marzo y abril se habían producido secuestros y asesinatos entre miembros de las organizaciones obreras enfrentadas. Companys barruntando el cambio de vientos, se alía con los comunistas, y permite que la Generalidad practique numerosas detenciones de anarquistas tras el asesinato del líder del PSUC Roldán Cortada el 25 de abril.

El 3 de mayo los comunistas, con el beneplácito de Companys ocupan el edificio de Telefónica de Barcelona, baluarte del anarquismo y por tanto autentica provocación, que desemboca en un levantamiento armado de la CNT y el POUM, que es sofocado en pocos días.

La represión posterior, que se hace especialmente cruenta entre los miembros del POUM, incrementada tras el ascenso de Negrin a la jefatura de la República, nos añade 500 asesinatos más en suelo catalán permitidos por el gobierno de Companys.

La represión se atempera durante los años 1937 y 1938, para volver a subir en 1939, barajándose un total de al menos 2.300 EJECUCIONES más en el territorio catalán.

Finalizada la contienda civil, Companys huye a Francia donde es detenido por la Gestapo y entregado a las autoridades españolas que tras un juicio militar condenan a muerte al que fuera presidente de la Generalidad.

El balance no puede ser más siniestro, son dos los hechos criminales que se deben imputar a Luis Companys y Jover.

Por lado un levantamiento armado contra la legalidad democrática, que provoca decenas de muertos en octubre de 1934, y por otro la responsabilidad política y personal directa en la represión en Cataluña durante la Guerra Civil, represión que Companys no solo no desconocía y permitía, sino que apoyó con sus medidas legislativas y de gobierno.

De aplicarse las mismas normas procesales y penales que se utilizaron durante el juicio de Nuremberg contra los dirigentes nazis, a la conducta de Companys, seguramente habría acabado, al igual que los jefes nazis, colgando de una soga.

El hecho de que acabase sus días ante un pelotón de fusilamiento franquista no cambia los graves crímenes de guerra que cometió.


Mateo Requesens
 
  JOSEBA ARREGUI (Arribista excelso)


ARREGUI : Un oportunista que se camufla


Todos los días aparecen larguísimos escritos del Joseba Arregi (ex consejero del G.V.) en un montón de periodicos tratando de ser el ADALIZ DE LAS LIBERTADES VASCAS y el único cerebro pensante anti-euskonazismo.

Pues, bien. Este tipo es tan fiable como un mercenario albano-kosovar en noche de borrachera.

Fue curilla, se salió cuando estaba en Alemania haciendo estudios a cargo de alguien, se casó con una alemana, se fue a París y obtuvo un titulillo de tres al cuarto sobre una de las ramas diminutas de Filosofía y se presentó ante Arzalluz como "un valor cultural presto a ser un fenómeno".

Le dieron un puesto de maestrillo en el Seminario de San Sebastián y a continuación lo nombraron Secretario de Política Lingüistica del Gobierno Vasco. Tras medrar como un Fouché, Garaicoechea lo nombró CONSEJERO DE CULTURA y en 1984 lideró a los peneuvistas de Guipúzcoa contra Arzalluz, que se quería cargar a Garaico, y se lo cargó.

En cuanto consiguió que los afiliados peneuveros de Guipuzcoa y Navarra se escindieran del PNV, y se creó EA, él se pasó a ARZALLUZ y fue nombrado de nuevo CONSEJERO DE CULTURA del Gobierno Vasco.

Como Consejero era el tipo más arbitrario y de menos escrupulos para eliminar a quienes se opusieran a su Limpieza funcionarial por razón del Eusquera. No tuvo el menor reparo en designar nazis auténticos para perseguir a los no nacionalistas que hubiera en la Administración Pública.

Y AHORA tiene el morro de presentarse como el que va a democratizar al PNV y a los vascos, haciendo campaña anti-peneuve, tras haberse AFILIADO AL PSOE.

OJO CON ESTE TIPO, muy cura y muy retorcido.


 
  ZP NEGOCIA ENTREGAR CEUTA y MELILLA
La acusación es de peso y si se comprobase llevaría a la aplicación del artículo 102 de la Constitución Española, en el que se establece que "la responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo" y "si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo".

Zapatero está rodeado de una ‘troica’ en los temas relacionados con el mundo árabe y el Magreb. El miembro más conocido es el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

Tras el ministro, en la sombra, hay dos figuras poco conocidas, pero muy escuchadas por el presidente: los promarroquíes José María Ridao y Máximo Cajal.

Éste ha sido el ‘experto’ elegido por ZP para desarrollar su alianza de civilizaciones. Una elección que pone en peligro la españolidad de Ceuta y Melilla. No en vano, Cajal defendió la cesión a Marruecos de Ceuta y Melilla en 2003.

La opinión de Máximo Cajal la secunda el periódico afín a la monarquía marroquí, L’Opinion, que sostiene que ambas ciudades son “el último bastión del colonialismo en el mundo” y destaca que el actual “clima de buen entendimiento” entre España y Marruecos resulta “propicio” para entregar las dos ciudades, con lo que España y el pueblo español tendrán “todo a ganar”.

“A grandes males, grandes remedios”, defiende el diario del Istiqlal.

¿Y si España devolviera Ceuta y Melilla a Marruecos?

Ésta sería la ‘carta oculta’ de Rabat y según fuentes oficiosas alauitas, la solución a la presión clandestina subsahariana.
Al mismo tiempo, fuentes del CNI han asegurado que algo se cuece a espaldas de los españoles y de la gran mayoría de los políticos, incluidos los del PSOE: la negociación con Rabat para discutir cómo, a partir de 2008, ambas plazas serán gobernadas en régimen de cosoberanía por los dos países, el primer paso antes de cederlas al país vecino.
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miércoles, octubre 12, 2005
  TERTULIA LA VOZ DE LOS LIBERALES
HABLANDO EN PRIVADO: DESDE LA ESQUINA DE TREBONIO

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  ZAPATERO y EL HAMBRE

El problema es que ZP ha convertido el debate polí­tico en meros gestos, ha eliminado el contenido intelectual y ha anclado su discurso en la mera estética. Muy propio y muy útil para una sociedad plenamente adolescente: superficial, seducida por la imagen e incapaz de realizar el trabajo que conlleva profundizar en los problemas.

El discurso de ZP se basa en tópicos oxidados, en clichés vací­os pero biensonantes. Así­ puede afirmar solemne que "acepto que cuando una gran mayorí­a de los ciudadanos dice algo, tiene razón" (entrevista para TIME Europe), lo que puede sonar muy bien, pero nos llevarí­a de cabeza a afirmar que los alemanes tení­an razón cuando abrumadoramente apoyaron a los nazis y sus leyes antisemitas, o los ingleses cuando creyeron a Chamberlain y Eden en lugar de a Churchill y aceptaron, en lugar de hacerle frente, negociar la paz con Hitler haciendo concesiones, mirando para otro lado en sus continuas burlas al Tratado de Versalles, a la soberaní­a de los Estados, a legalidad internacional, al trato a los judí­os, etc.,

Y es en este contexto donde se encuadra la actual "ofensiva contra el hambre" que pretende acaudillar, junto con otros lí­deres internacionales, ZP.
¿Quién no quiere luchar contra el hambre?!!, ¿quién no quiere eliminarla de la faz de la tierra?!!

El problema no es querer o no querer terminar con el hambre, sino cómo hacerlo. Y ahí­, la vaciedad intelectual, el decir al interlocutor lo que quiere oí­r (salvo que sea el PP o Bush), la polí­tica de meros gestos, el rancio, muy rancio populismo que sólo esconde un ansia ilimitada de poder, vuelve a hacer presencia en el discurso de nuestro ZP o del amigo Chirac.

A ZP le dan igual los estudios de los economistas del desarrollo, le dan igual las experiencias anteriores, le da igual todo, porque lo que le interesa no es tanto que el hambre en el mundo desaparezca, como esa foto maravillosa con Lula, Kirchner, Chirac y algún otro.

Por eso ZP afirma categórico que hay que dar al tercer mundo el 0,7% del PIB. Ese y el establecimiento de algún impuesto internacional (que no digo que no tenga que haberlo) es su gran proyecto para terminar con el hambre en el mundo. ¡Estupendo!!
Todo muy innovador, si no fuera porque está pisando terreno ya trillado y yermo.No estarí­a mal la propuesta si no hubiese un casi unánime consenso entre los especialistas en economí­a en que el auténtico problema no es la falta de fondos para el Tercer Mundo.

No estarí­a mal si no hubiera múltiples estudios que inciden en que resulta imposible encontrar una relación entre la ayuda al Tercer Mundo y el crecimiento. Es decir, por un lado, la ayuda al Tercer Mundo no se destina de por sí­ a inversión. Pero no sólo eso, sino que además, por otro lado, la inversión, por sí­ sola, no conlleva crecimiento.

Y hay más. Se da una relación inversa entre los préstamos facilitados al Tercer Mundo y el crecimiento de la renta per cápita: a más préstamos, menor crecimiento. Como es obvio, tan espectacular aumento no ha servido para mejorar la situación del Tercer Mundo.

En definitiva, ZP habla del 0,7% de Ayuda Oficial al Desarrollo porque una población tan bienintencionada como ignorante del verdadero problema del Tercer Mundo quiere oí­r precisamente eso: que se van a destinar más fondos a ayudar a los pobres.

Pero ZP no habla de lo que es realmente importante para el desarrollo. Simplemente, no lo menciona.
Si a ZP en lugar de su imagen le importara de verdad la erradicación del hambre, nos diría que la ayuda al desarrollo es importante, pero que mucho más importante es ABRIR LOS MERCADOS, ser FIRMES CONTRA LOS PAISES EN LOS QUE IMPERA LA CORRUPCIÓN, CORTAR, EL GRIFO DE AYUDA ECONÓMICA ESTRUCTURAL A AQUELLOS PAÍSES EN LOS QUE LA AYUDA EXTERNA NO HA SERVIDO PARA NADA, Y CENTRARLA EN LOS PAÍSES QUE APLICAN REFORMAS EN LA DIRECCIÓN CORRECTA.

BWIM
 
  DESDE LA ESQUINA DE TREBONIO


Este es el blog de TREBONIO para intercambiar opiniones con amigos y foristas de La Voz de los Liberales, así­ como para transmitir informaciones que se consideren convenientes a los efectos de conocimiento personal.


Ha de servir para que los Miembros del blog puedan utilizar las informaciones y textos insertados en sus acciones en Foros o donde les plazca.


Con este saludo de entrada e inicio del BLOG, espero que tenga larga duración.
 
martes, octubre 11, 2005
  EL TIBURÓN CÁNTABRO.

EL TIBURÓN CÁNTABRO.
Bauprest - 27 Jun 05


Como el tiburón blanco tiene el cuerpo robusto terminado en una cabeza cónica. A diferencia del tiburón blanco que se alimenta de grandes peces, atunes, tortugas focas y delfines el tiburón cántabro se alimenta de televisiones, editoriales, y de toda clase de morralla política, judicial, policial y periodística.

Aunque le llamemos tiburón blanco, su parte superior es de color gris oscuro lo que es muy útil como camuflaje para animales como éste que viven en los fondos marinos al igual que el tiburón cántabro vive y se alimenta de las cloacas del Estado y de todo lo que de ellas pueda derivarse sin importarle métodos ni sistemas para saciar su voraz apetito nunca satisfecho, mientras que su parte inferior es de color blanco, lo que ha dado lugar a su nombre.

Este tiburón cántabro, como el blanco, tiene un extraordinario sistema electrosensorial capaz de detectar los pequeños impulsos eléctricos que provienen de los latidos del putrefacto corazón de sus presas. Este sistema sensorial, que se encuentra en el morro, reside en unos pequeños poros que son capaces de detectar corrientes eléctricas de hasta cinco milésimas de microvoltio de corrupción. Además de localizar a sus presas le sirve para navegar a favor de cualquier corriente política, como ya demostró durante la dictadura durante la cual se hizo millonario, ya que gracias a él puede "leer" el campo magnético de toda clase de desechos humanos. La anatomía del tiburón cántabro como la del tiburón blanco es sorprendentemente primitiva. En vez de esqueleto óseo tiene un pequeño esqueleto cartilaginoso del que está muy orgulloso. Su cerebro y su corazón son relativamente pequeños, mientras que su hígado y su estómago son grandes para ayudarle a paliar su enorme apetito, además de servirle de flotador en toda clase de sistemas políticos.

A diferencia del tiburón blanco el tiburón cantabro también se alimenta de noche, y con la misma tranquilidad deglute casas reales que magistrados del Tribunal Supremo.
Tampoco hay constancia de que este animal cántabro tenga un orden social, pero se sabe que son solitarios y, por tanto, muy soberbios e insolentes, en especial con otros machos de su mismo jaez no permitiendo que nadie compita con él. Este depredador no hace muchas más cosas que nadar, comer y corromper todo lo que toca y traga. Se alimenta de animales vivos, en especial, y como ya dijimos, de toda la hez de la sociedad, porque medra y flrece entre la carroña.

Los humanos formamos parte de su dieta habitual. Posiblemente la idea de que estos tiburones sean devoradores de hombres se deba más a la reacción humana de tener miedo a lo desconocido que a una visión científica que deje los sentimientos a un lado. El tiburón cántabro detecta humanos corruptos con su fino olfato pero cuando uno se adentra en sus dominios, ha de hacerse cargo de las posibles consecuencias: su necesidad básica es alimentarse de poder, y todas sus acciones se encaminan a satisfacer esta necesidad.

Este tiburón es, sin duda, el más peligroso, debido al gran tamaño de su egolatría. En una situación límite, nuestras posibilidades de sobrevivir son cero. Es raro encontrarlo en aguas tropicales pues prefiere las aguas templadas o frías, como por ejemplo el Cantábrico o el Mediterráneo.

Según todos los expertos, en un encuentro con un tiburón cántabro, si no perdemos la serenidad ni nos dejamos llevar por el pánico y permanecemos tranquilos, no dándole nunca la espalda, en la inmensa mayoría de los casos tendremos tiempo suficiente para ponernos a cubierto. Dejando de lado teorías, supersticiones y consejos, hay que reconocer que el tiburón cantabro es una de las estampas más impresentables y deleznables con la que podamos encontrarnos. Mucho cuidadito con él.
 
  EL SÍNDROME DE LA RANA COCIDA


Si usted arroja una rana viva a una cazuela con agua hirviendo, la rana con toda seguridad se salvará, pues ante la sensación abrasadora del agua en ebullición, el batracio se impulsará sobre el agua en centésimas de segundo y saltará fuera de la cazuela humeante.

Pero existe una pequeña variante del experimento. Meta la misma rana en la misma cazuela, sólo que esta vez llena de agua fría. La rana se sentirá cómoda en su elemento, y no saltará. Luego caliente paulatinamente el agua, y verá como la rana termina su vida cociéndose sin que apenas se entere.

¿Qué ha pasado?

Simplemente que en el segundo experimento la rana no detecta los pequeños cambios paulatinos, sino que percibe una agradable tibieza que termina llevándole a la muerte, pues cuando quiere reaccionar ya es tarde, bien porque carece de fuerzas, bien porque no encuentra la base necesaria para apoyar un enérgico salto o simplemente porque carece ya de la voluntad de salvarse.

Este es un ejemplo clá¡sico que algunos autores dedicados a escribir sobre la gestión de empresas utilizan para ilustrar lo que les puede pasar a aquellas organizaciones que no detectan los pequeños aunque constantes cambios que experimenta el entorno: acaban por fracasar, pudiendo desaparecer cocidas en su propio inmovilismo y autocomplacencia.


La moraleja de este experimento puede ser trasladado perfectamente al ámbito social y político. En concreto, a mí­ me ha servido para comprender cómp el País Vasco ha podido llegar a la situación en la que se encuentra hoy.

Con el golpe de estado del general Franco, allá por el año 36 del pasado siglo, gran parte de la sociedad, vasca y no vasca, se sintió como la rana arrojada al agua hirviendo. Rebelión ante la dictadura, inconformismo, espí­ritu de lucha, afán de libertadad, todas las más honestas aspiraciones humanas surgieron en gran parte de la sociedad para librarse de los imperativos del dictador.

La sociedad reclama y lucha por lograr una democracia y un estado de derecho, por el fin de la represión, la tortura o el asesinato, por la libertad de expresión, por la pluralidad de pensamiento, así­ como por la apertura económica a los mercados ajenos a la autarquí­a imperante.

Se trataba de conseguir, al menos, aire puro para respirar dentro del clima asfixiante y represivo que creó el franquismo. Pero, veinticinco años después de la muerte del dictador, la realidad del Paí­s Vasco es, paradçogicamente, más asfixiante incluso que en la época del invicto.

Cientos y cientos de ciudadanos vascos, muchos de ellos viejos luchadores antifranquistas, han sido y siguen siendo asesinados años tras año. Existe, como en aquellos tiempos, una li­nea de pensamiento monocolor fuera de la cual nadie, absolutamente nadie puede sentirse seguro.

El poder ha generado recuas de gentes afectos al nuevo régimen. Por todas partes se dejan notar los eternos guardianes de la ortodoxia nacionalista; nuevos frentes de juventudes, seguidores ciegos de la doctrina oficial, miriadas de chivatos que marcan y señalan a todo aquel que no comulga con la linea nacionalista, etc, etc, etc.

Por ello, hoy puede afirmarse sin el menor género de duda que en el Paí­s Vasco no existe la libertad suficiente como para que funcione una democracia real.

Desde el Defensor del Pueblo, hasta Amnistía Internacional, pasando por el Parlamento Europeo, todos reconocen que en el País Vasco existe una situación por la que el simple hecho de aspirar a ejercer cargos polí­ticos distintos a la li­nea nacionalista acarrea un riesgo real y probable de muerte.

Y por ello, un largo goteo de autoexiliados viene produciéndose años tras año. Empresarios, profesores, artistas, intelectuales, profesionales, abandonan su tierra porque se sienten amenazados, inseguros, excluidos o, simplemente, manipulados.

Y uno se pregunta cómo ha podido llegar la situaciónn a este extremo?

Âcaso un porcentaje enorme de una sociedad caracterizada por su espí­ritu inconformista y luchador se ha acomodado a la peor dictadura que quizá haya conocido el Paí­s Vasco en su larga historia?

Âcaso porque ha llegado gran parte de la sociedad vasca a comprender, â justificar y mirar para otro lado cuando se producen los más viles y cobardes asesinatos que uno pueda imaginar?.


Âcaso tanta gente vasca acepta sin rechistar la permanente extorsión mafiosa de los cobradores revolucionarios?

Qué mecanismo mental les lleva a seguir aguantando y aguantando a esas juventudes fanáticas que cada díaa queman los autobuses, los comercios, cabinas telefónicas, bancos, centros oficiales, bajo la mirada complaciente del poder reinante?

Estamos, sin duda, ante el síndrome de la rana cocida.

La respuesta está, claro, en la enorme habilidad que el partido nacionalista que ha ostentado el poder durante los últimos 25 años ha tenido para ir cambiando, sin prisa pero sin pausa, las condiciones del entorno.

Aprovechando inicialmente el complejo de culpabilidad que España hereda por tantos años de franquismo, se fueron cediendo las primeras pequeñas cosas: la bandera oficial del Pais Vasco fue, casualmente, la bandera de un partido.

Es como si la bandera de España fuese la rosa y el puño del PSOE, por ejemplo, o la gaviota del PP.
Sería grotesco ¿verdad?

Lo siguiente fue hacer que todos tuviésemos que conocer esta autonomía con el nombre de Euskadi, tanto si uno hablaba en vascuence o en castellano. Es decir, como si todos los castellanoparlantes debiéramos denominar Iles Balears a las Baleares o Catalunya a Cataluña.

Luego, las Ikastolas comenzaron a adoctrinar niños y adultos con un mensaje perfectamente elaborado basado en un victimismo artificial y una manipulación de la historia, mensajes que fueron extendiéndodose a los libros de texto normales de los colegios públicos.

Poco a poco se iba cambiando la historia, la denominación de los territorios, introduciendo agravios inexistentes en los pequeños y entrenándoles a odiar al "invasor".

La televisión nacionalista tambien iba reforzando los mensajes, mientras los polí­ticos, arropados por su fiel aliada, la Iglesia, iban refinando un lenguaje tan hipócrita como eficaz: la equidistancia ante los más brutales asesinatos, las menciones al proceso de Autodeterminación del pueblo vasco, las constantes referencias al CONFLICTO vasco.
Las tibias condenas a ETA venÍ­an siempre seguidas de balones de oxÍ­geno que impedÍ­an su extinción definitiva.

El agua hoy sigue calentándose. Y la rana sigue cociéndose. Ya se empieza a introducir un carnet de identidad vasco, con el que se discrimará definitivamente al disidente de aquellos de la adhesión inquebrantable al régimen.

Luego seguirá el loco intento de anexión de Navarra y del Paí­s Vasco Francés, y así­ hasta lograr la quimera inalcanzable de Euskal Herria Una, Grande y Libre.

Todo lo expuesto es válido también para Cataluña y para la indiferente población española ante las perversiones de Zapatero y sus compas.
 
  DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS
NOTA: analizar especiamente los artículos 19 y 21.

Argel, 4 de julio de 1976
Preámbulo

Vivimos tiempos de grandes esperanzas, pero también de profundas inquietudes, - tiempos llenos de conflictos y de contradicciones, - tiempos en que las luchas de liberación han alzado a los pueblos del mundo contra las estructuras nacionales e internacionales del imperialismo, y han conseguido derribar sistemas coloniales, - tiempos de luchas y de victorias en que las naciones se dan, entre ellas o en su interior, nuevos ideales de justicia, - tiempos en que las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas desde la Declaración Universal de los Derechos del Hombre hasta la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados, han expresado la búsqueda de un nuevo orden político y económico internacional. Pero son también tiempos de frustraciones y derrotas, en que aparecen nuevas formas de imperialismo para oprimir y explotar a los pueblos.

El imperialismo, con procedimientos pérfidos y brutales, con la complicidad de gobiernos que a menudo se han autodesignado, sigue dominando una parte del mundo. Interviniendo directa e indirectamente, por intermedio de las empresas multinacionales, utilizando a políticos locales corrompidos, ayudando a regímenes militares que se basan en la represión policial, la tortura y la exterminación física de los opositores; por un conjunto de prácticas a las que se les llama neo-colonialismo, el imperialismo extiende su dominación a numerosos pueblos.

Conscientes de interpretar las aspiraciones de nuestra época, nos hemos reunido en Argel para proclamar que todos los pueblos del mundo tienen el mismo derecho a la libertad, el derecho de liberarse de toda traba extranjera, y de darse el gobierno que elijan; el derecho, si están sojuzgados, de luchar por su liberación, y el derecho de contar en su lucha con el apoyo de otros pueblos.
Persuadidos de que el respeto efectivo de los derechos del hombre implica el respeto de los derechos de los pueblos, hemos adoptado la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos. Que todos los que, a través del mundo, libran la gran lucha, a menudo con las armas en la mano, por la libertad de todos los pueblos, encuentren en la presente declaración la seguridad de que su lucha es legítima.

Sección I. Derecho a la existencia.
Artículo 1. Todo pueblo tiene derecho a existir.
Artículo 2. Todo pueblo tiene derecho al respeto de su identidad nacional y cultural.
Artículo 3. Todo pueblo tiene el derecho de conservar en paz la posesión de su territorio y de retornar allí en caso de expulsión.

Artículo 4. Nadie puede ser, debido a su identidad nacional o cultural, objeto de masacre, tortura, persecución, deportación, o expulsión, o ser sometido a condiciones de vida que puedan comprometer la identidad o la integridad del pueblo al que pertenece.

Sección II. Derecho a la autodeterminación política.

Artículo 5. Todo pueblo tiene el derecho imprescriptible e inalienable a la autodeterminación.
Él determina su status político con toda libertad y sin ninguna injerencia exterior.

Artículo 6. Todo pueblo tiene el derecho de liberarse de toda dominación colonial o extranjera directa o indirecta y de todos los regímenes racistas.

Artículo 7. Todo pueblo tiene derecho a un régimen democrático que represente al conjunto de los ciudadanos, sin distinción de raza, sexo, creencia o color, y capaz de asegurar el respeto efectivo de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales para todos.

Sección III. Derechos económicos de los pueblos.

Artículo 8. Todo pueblo tiene un derecho exclusivo sobre sus riquezas y sus recursos naturales. Tiene derecho a recuperarlos si ha sido expoliado, y a cobrar las indemnizaciones injustamente pagadas.
Artículo 9. Puesto que el progreso científico y técnico forma parte del patrimonio común de la humanidad, todo pueblo tiene el derecho de participar de él.
Artículo 10. Todo pueblo tiene derecho a que su trabajo sea justamente evaluado, y a que los intercambios internacionales se hagan en condiciones de igualdad y equidad.
Artículo 11. Todo pueblo tiene el derecho de darse el sistema económico y social que elija y de buscar su propia vía de desarrollo económico, con toda libertad y sin injerencia exterior. Artículo 12. Los derechos económicos antes enunciados deben ejercerse en un espíritu de solidaridad entre los pueblos del mundo y teniendo en cuenta sus respectivos intereses. Sección IV. Derecho a la cultura.
Artículo 13. Todo pueblo tiene el derecho de hablar su propia lengua, de preservar y desarrollar su propia cultura, contribuyendo así a enriquecer la cultura de la humanidad.

Artículo 14. Todo pueblo tiene derecho a sus riquezas artísticas, históricas y culturales.
Artículo 15. Todo pueblo tiene derecho a que no se le imponga una cultura extranjera.

Sección V. Derecho al medio ambiente y a los recursos comunes.
Artículo 16. Todo pueblo tiene derecho a la conservación, la protección y el mejoramiento de su medio ambiente.
Artículo 17. Todo pueblo tiene derecho a utilizar el patrimonio común de la humanidad, tal como la alta mar, el fondo de los mares, el espacio extra-atmosférico.
Artículo 18. Al ejercer los derechos precedentes, todo pueblo debe tomar en cuenta la necesidad de coordinar las exigencias de su desarrollo económico con las de la solidaridad entre todos los pueblos del mundo.

Sección VI. Derechos de las minorías.

Artículo 19. Cuando, en el seno de un Estado, un pueblo es una minoría, tiene derecho a que se respeten su identidad, sus tradiciones, su lengua y su patrimonio cultural.

Artículo 20. Los miembros de la minoría deben gozar sin discriminación de los mismos derechos que los otros miembros del Estado, y participar en iguales condiciones que ellos en la vida pública.
Artículo 21. Estos derechos deben ejercerse respetando los legítimos intereses de la comunidad en su conjunto, y no pueden servir de pretexto para atentar contra la integridad territorial y la unidad política del Estado, cuando éste actúa en conformidad con todos los principios enunciados en la presente declaración.

Sección VII. Garantías y sanciones.

Artículo 22. Todo incumplimiento a las disposiciones de la presente declaración constituye una transgresión a las obligaciones para con toda la comunidad internacional.

Artículo 23. Todo perjuicio que resulte de una transgresión a la presente declaración debe ser íntegramente reparado por el causante.

Artículo 24. Todo enriquecimiento en detrimento de un pueblo, por violación de las disposiciones de la presente declaración, debe dar lugar a la restitución de los beneficios así obtenidos. Lo mismo se aplicará a todos los beneficios excesivos obtenidos por inversiones de origen extranjero.

Artículo 25. Todos los tratados, acuerdos o contratos desiguales, suscritos despreciando derechos fundamentales de los pueblos, no podrán tener ningún efecto.

Artículo 26. Las cargas financieras exteriores que han llegado a ser excesivas e insoportables para los pueblos dejan de ser exigibles.

Artículo 27. Los atentados más graves a los derechos fundamentales de los pueblos, sobre todo a su derecho a la existencia, constituyen crímenes internacionales que entrañan la responsabilidad penal individual de sus autores.

Artículo 28. Todo pueblo cuyos derechos fundamentales sean gravemente ignorados tiene el derecho de hacerlos valer especialmente por la lucha política o sindical, e incluso, como última instancia, por el recurso a la fuerza.

Artículo 29. Los movimientos de liberación deben tener acceso a las organizaciones internacionales y sus combatientes tienen derecho a ser protegidos por el derecho humanitario de la guerra.
Artículo 30. El restablecimiento de los derechos fundamentales de un pueblo, cuando son gravemente ignorados, es un deber que se impone a todos los miembros de la comunidad internacional.
 
  LA "RAZA" DE LOS VASCOS

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Ningún investigador cree hoy en el supuesto origen misterioso de la lengua y etnia vasca y todas las crónicas de la historia demuestran que aquellos hombres a quienes los celtas pusieron el nombre de vascones (barscunes que en lengua celta significa “los de lo alto” o “los de la cima”) y a quienes los romanos describieron como “guerreros salvajes de razas varias” y “de lengua y costumbres diferentes en todo a los pueblos celtas de la zona” (180 aC), no eran pobladores autóctonos del lugar donde los celtas les dieron el nombre sino que provenían de las tropas bereberes que abandonaron a Anibal (219 aC), cuando, a punto de atravesar los Pirineos, se enteraron que marchaban a luchar contra Roma.

Es inexplicable que los nacionalistas vascos, que han dedicado tanto tiempo y esfuerzo a desentrañar su pasado y a reconstruir su historia, no hayan dado ninguna explicación sobre el destino de aquellas tropas que huyeron en desbandada precisamente en el lugar donde años después los romanos localizaron a los vascones.

La ignorancia del suceso resulta especialmente sospechosa teniendo en cuenta que es la única explicación de la presencia de los vascones en aquella zona, de los saqueos continuos que a partir de entonces empezaron a sufrir los moradores celtas de aquellos solares hasta bien entrado el SXIV y de la invariable colaboración posterior de los vascones con todas las tropas bereberes que llegaron hasta allí, como las sarracenas de Muza.

El rastro descrito a partir de las crónicas de Tito Livio (XXI 1,2,3,4-24), Polibio (III,33,34,35) y Estrabón citando las de Ptolomeo, así como las restantes crónicas y restos arqueológicos, hace coincidente la lengua hablada por aquellos hombres que los celtas llamaron vascos y la presencia en Hispania de los bereberes libiofenicios y tingitanos de Mauritania que solían incorporar los ejércitos íberos primero y cartagineses después.

En el caso concreto de los vascones, su instalación en las cumbres navarras, coincide con el itinerario de la marcha de Aníbal contra Roma desde Cartago, de cuyas tropas huyeron al menos 20.000 hombres poco después de pasar el Ebro y antes de cruzar los Pirineos en el año 219 aC, al correrse la voz entre las tropas de que Aníbal los dirigía contra Roma.
Fué precisamente allí donde unos 40 años más tarde encontraron los romanos a aquella “tribu de razas varias” diferentes en todo a los pueblos celtas de la zona y a quienes estos llamaron barscunes. Aníbal había partido con 90.000 hombres más la caballería y al cruzar los Alpes quedaban 60.000 y la caballería.

Poco más tarde (finales del Siglo I aC) la crónica romana de Dion Casio describía los cruentos y continuos saqueos sobre tierras cántabras del bandido vasco Corocotta al frente de una numerosa cuadrilla, por cuya captura se llegó a efrecer una importante recompensa en tiempos del Emperador Augusto.

El hecho de que las crónicas situaran las operaciones de saqueo de la banda en tierras cántabras, llevó a los historiadores posteriores a suponer cántabro al personaje, forjándose en torno a él una leyenda.
Lo cierto es que Corocotta es nombre vasco procedente de la raiz kur que en lengua líbica (curucuta) denomina a la hiena (txakur, zakur es perro en la actualidad en vasco), tal como se expone en los estudios de Schuchardt y Schulten (Numantia) y Garcia Bellido (La Peninsula Ibérica en los Comienzos de su Historia).

El hecho de que el nombre del personaje fuera libio y que la hiena era un animal inexistente y desconocido en la España de la época (extinguida desde el Holoceno) y existente únicamente en tierras africanas (y asiáticas) donde además era animal particularmente respetado (divinidad en Egipto), acredita por un lado que las actuales provincias vascas eran entonces solar de los cántabros que habitaban sus valles y que dieron el apodo de vascos a aquellos invasores extranjeros porque instalaron sus campamentos en los refugios de la montaña y por otro, dada la indiscutida celticidad de los cántabros, siempre plenamente acreditada en su legado y descritos y clasificados como celtas por las crónicas romanas de todas las épocas, es evidente que la presencia de Curucutta y su banda en aquellas latitudes debía proceder sin duda de las bandas de berberiscos descritas procedentes de la descomposición de los ejércitos de Aníbal en el paso de los Pirineos a los que probablemente pudieron unirse otras caravanas de bereberes presentes en otros puntos de la península ibérica.

Precisamente el bandidaje como forma de vida regular y la falta de freno a la hora de perpetrar los sanguinarios saqueos descritos contra el pueblo cántabro, acredita tanto su falta de identidad con este pueblo y su condición de extranjeros en esas tierras, como que su presencia en la zona no podía ser muy antigua, dadas tales condiciones de vida sin solar ni medios de vida propios, y el nombre de su jefe, de lengua libia de animal inexistente en la Hispania de la época pero bien conocido y admirado en las tierras de procedencia de las tribus bereberes líbicas.

La lengua vasca y berebere, en particular la hablada en la región de los montes Atlas de la antigua Mauritania y los territorios de la antigua Persia, sigue mostrando evidente similitud a pesar del tiempo transcurrido y de las distintas influencias recibidas; esta similitud actual, era identidad en las fechas en las que aparecieron los vascones en la montaña navarra, como confirman los nombres, toponimia y vestigios arqueológicos encontrados en la península.

Los almohades procedentes del Atlas marroquí que invadieron la península ibérica rezaban, se comunicaban y hacían sus discursos en la lengua berebere amazigh.

De esta lengua ha quedado abundante toponimia tambien en las islas Canarias donde las tribus bereberes allí asentadas entraron en un proceso de tribalización similar al de los vascones en la montaña navarra; de raiz berebere son las palabras guanches (gu, nosotros), gomera (komera-), adeje (adegi), tacoronte (toki-gorontz), tegueste (tegi-geste), agulo (agun-lo) etc.

Tambien son de lengua amazig los nombres amaya y areitio comunes entre los tingitanos de Mauritania que entraron con Abderraman III en el 912; erio, derramamiento, manantial, exhaltación, areitio palabra que anunciaba el final de la ceremonia de desvirgar a la novia los tingitanos, que al igual que los vascos encuentran tambien sus raices en Egipto.

Posteriormente, la identidad de la lengua vasca y berebere sigue manifestándose en los manuscritos del siglo XVI de los archivos coloniales galos de Aix-en-Provence escritos en la lengua amazigh.

Al igual que las lenguas indoeuropeas, que son dialectos de la lengua celta, la diversidad en el panorama de la lengua berebere tiene un único sustrato básico - camítico – que es el libio antiguo, y al igual que las indoeuropeas, la berebere es una única lengua fragmentada en dialectos.

Los primeros Indo-Europeos en alcanzar Europa fueron los celtas. Desde el primer milenio aC, los pueblos de la Europa Occidental conocían y utilizaban la escritura. Los textos que han sobrevivido, que datan de unos 500 aC, establecen el mapa linguistico europeo de la época y de ellos se desprende que la gran mayoría de las lenguas modernas europeas pertenecen a una única gran familia llamada Indo-Europea.

Todas estas lenguas descienden de un ancestro común, o lo que es lo mismo, todas surgieron de lo que no era otra cosa que dialectos regionales de una misma lengua.

En el año 500 a.C. las lenguas celtas se hablaban en la mayor parte de España y Francia, Austria, Suiza, Sur de Alemania, Norte de Italia, Bretaña e Irlanda. La lengua celta ya se hablaba en la Península ibérica un siglo antes de que los celtas poblaran el norte de Italia.

Las primeras manifestaciones culturales que se conocen en la Península, como la cultura de Argar y la cultura de los Campos de Urnas mantienen una sintonía plena con demostraciones culturales centroeuropeas y dan cuenta de la profundidad y calado de la cultura celta en la España prerromana. Nada sabemos de las lenguas que podían haberse hablado con anterioridad.

La indoeuropeizacion de la península por los celtas se produjo en dos oleadas, protoceltas 900-850 aC y celtas entre 650-500 aC. En esta época el este y el sur de la península eran poblaciones iberizadas. Los celtas usaban la escritura y dejaron legados escritos, entre los que destaca la tabla de Botorrita. Los Iberos que entraron a partir del 600 aC por la costa levantina llegando hasta la costa de Francia, tambien desarrollaron escritura y dejaron abundante legado escrito.

Los vascones, no guardan relación étnica, linguistica o cultural con los celtas ni con los iberos.

De las fuentes de Estrabon, referidas seguramente a los protoceltas (ilirios), se deduce que los celtas cántabros habitaban toda la costa hasta el Pirineo. Además del Norte de España, los celtas ocupaban gran parte del centro.

Mas tarde, las crónicas históricas del año 456 dC sitúan en Navarra a los celtas berones y autrigones, en el solar junto al Cantábrico que hoy se denomina País Vasco, a los Caristios en Vizcaya y Alava hasta el Sur de Vitoria, los Autrigones en Vizcaya y los Vardulos en Guipúzcoa y Norte de Alava, todos ellos celtas, étnica y lingüísticamente afines y del mismo tronco cántabro.

A pesar del escaso interés que los vascones suscitaron en la historia, donde únicamente son mencionados para describir su salvajismo y los saqueos y matanzas que perpetraban sobre los pueblos celtas de la zona, los datos aportados por las fuentes y vestigios arqueológicos son suficientemente esclarecedores como para deducir que el mito que han elaborado los nacionalistas vascos sobre su supuesto origen enigmático y su supuesta condicion de pueblo autóctono e incluso anterior a los celtas que poblaban el solar navarro, pirenaico y cantábrico, no es más que un planteamiento voluntarista carente de toda base científica y contradictorio con los datos y testimonios existentes:

1º Los vascos no tenían nombre para denominarse a si mismos, lo cual quiere decir que carecían de identidad como tribu o grupo étnico (hasta que Sabino Arana inventó el término “eusk” para denominar a la nación vasca que propugnaba), lo que es claro indicio de que su presencia en las montañas navarras fue consecuencia de un hecho sobrevenido y no de su evolución natural como pueblo, tribu o grupo étnico de aquellos solares.
El nombre vascones que los celtas les dieron tambien lo indica así, ya que no responde ni a una denominación de familia o cum (clanes), ni tampoco a una identidad racial o cultura del grupo humano o tribu, como era la costumbre celta, sino que aludía únicamente a su localización en un punto determinado, la parte mas alta de la montaña navarra, por lo que el término vasconum no puede referirse o aplicarse genéricamente a una etnia o cultura determinada tal como sostienen los historiadores vascos, sino solo a “los de arriba” que es el significado de “barscunes” en la lengua celta, de lo que se desprende que no podían ser vascones los pobladores de los valles y solares de Navarra, como suponen los historiadores vascos, porque existe constancia de que eran celtas, aunque posteriormente se fueran instalando los vascos también en estas y otras zonas.

Por la misma razón la lengua que hablaban aquellos hombres no podía ser la propia de los vascos, sino la del grupo étnico al que pertenecia ese grupo humano que los celtas llamaron vascos, porque la misma lengua que ellos hablaban aparece en las monedas acuñadas por los íberos en la zona de levante, en la que ni había ni podía haber vascos, ya que no había celtas que pudieran llamarlos de ese modo, pero en la que sí había habido bereberes que hablaban la misma lengua que los vascos, ya que tanto los íberos como más tarde los cartagineses empleaban bereberes normalmente en sus ejércitos. No es extraño sin embargo que aquellas frases acuñadas en las monedas íberas y en otros restos, vasos, plomos e inscripciones en tierras iberas se hayan considerado de lengua vasca porque vasco y berebere en aquella época eran la misma lengua hablada por las tropas norteafricanas.


2º Los romanos describen a los vasconum como “hombres de razas varias” y de ahí que los celtas al apodarlos se refirieran solo a su situación en la parte alta y no a una característica o tipo etnico uniforme que los describiera.

Pero esta descripción choca también con las hipótesis de los investigadores vascos, para quienes la conservación de su lengua en un medio celta era consecuencia de su aislamiento secular de las influencias externas, lo que contradice la variedad racial del grupo, que queda plenamente explicada en cambio, admitiendo que los vascones no eran otros que las tropas que habían abandonado en aquel mismo lugar al ejército de Aníbal unos 40 años antes de la llegada de los romanos a esa zona, pues tratándose de hombres sólos era lógico que en los saqueos, que eran según las crónicas era su forma habitual de subsistencia, además del botín usual robaran tambien las mujeres de los poblados celtas, lo que corroboran las crónicas romanas cuando relata que los vascones se “desposaron” con las mujeres de los VARDULOS y AUTRIGONES y de ahí también, la repentina explosión demográfica acaecida en la zona vascona (que tampoco aciertan a explicar los historiadores vascos) y la incorporación de palabras y nombres celtas en la lengua de aquellos hombres.

3º La lengua y la etnia vasca y berebere:
Antropología: El vasco es mesocéfalo. En los celtas indoeuropeos los nórdicos son dolicocéfalos y en las áreas más meridionales braquicéfalos.
Se sabe que el cruce entre braquicéfalos y dolicocéfalos no dá mesocéfalos, por lo que la procedencia vasca desde el punto de vista antropológico es extraña en la península ibérica y común en el norte de Africa, donde en los pueblos del cercano oriente (desde Beirut) es común el cráneo mesocefálico, la frente angosta al igual que los márgenes internos de los ojos, e inclinada del tipo armenoide, la cara es ancha y larga, al igual que la nariz . Los que tienen ojos marrones oscuros son más araboides mediterráneos; mientras que los que tienen ojos más claros son más braquicefálicos.

Los actuales bereberes que quedan en las montañas del Atlas presentan una frecuencia de Rh negativo en su sangre del 40% , en España los vascos mantiene hoy un 32 % de Rh negativo. Las investigaciones de los doctores Francisco Leyva y Pablo Sánchez Velasco, del Departamento de Inmunología de Valdecilla, han dado como resultado que el componente genético de los cántabros (cántabralos pasiegos o cántabros), ofrece similitud con otras poblaciones del Norte de Europa, en concreto con las escandinavas, las del norte de Francia e Irlanda, con las que comparten un haplotipo desconocido y unos genes que ya había en los antepasados de Atapuerca, y en cuanto a su origen, lo cifran en un millón de años, mientras que en los vascos el componente genético es fundalmente coincidente con el norteafricano actual.
(Copiado de web LA HISTORIA y LOS VASCOS, de Tellagorri)
 
lunes, octubre 10, 2005
  INDIVIDUALISMO y NACIONALISMO
La idea de que los pueblos, las naciones, tienen un derecho colectivo a la autodeterminación, esto es, a la independencia política, es una FICCIÓN.
Esta concepción ha originado otro problema, el de definir qué comunidades disfrutan de los rasgos adecuados para ser sujetos de ese derecho, los rasgos que las constituyen en naciones (como estabilidad, idioma, territorio, economía y psicología manifestada en la cultura, según el esquema popularizado por Stalin).

Las discusiones sobre esos aspectos son interminables y a veces cómicas, y las dejaremos aquí de lado repitiendo la observación de que diversas comunidades basan su aspiración nacional en rasgos diversos.

Antes de las formulaciones nacionalistas, la tendencia de las comunidades a la independencia, a la “libertad”, existía como impulso espontáneo y confuso.

En la edad media o en la moderna, el sentimiento patriótico o nacional solía reflejarse en la fidelidad política al rey o a poderes personales, o en muchos casos a una religión, y no como idea y doctrina claras.

Al caer el Antiguo Régimen esas fidelidades cayeron con él, y fueron transferidas a la “nación”, el “pueblo”, abstracción concebida como una suma de individuos libres y sin otras ataduras, pero dotada de una especie de “voluntad general”.

Y lo que ha dado al nacionalismo su extraordinario influjo en el siglo XX ha sido precisamente la sistematización del impulso espontáneo a la independencia de grupo, su concepción como un derecho de validez general: el particularismo se trocaba en verdad universal.

Esa idea, paradójicamente cosmopolita y surgida de la experiencia europea, ha levantado pasiones y movido a grandes masas en todos los continentes.Durante la mayor parte del siglo XIX, nacionalismo y liberalismo aparecieron unidos por el común ataque a los lazos feudales o imperiales.
Pese a ello, pensadores como lord Acton, percibieron una contradicción entre el principio de la libertad del individuo y el de la unidad nacional: esta última impondría exigencias y ataduras arduas de conciliar con la primera.

El estado, concebido como expresión de la “voluntad general” o de la “libertad nacional”, podía anular la libertad individual en un grado nunca antes conocido, totalitario.
También cabe observar, a la inversa, que la concepción de unos individuos ajenos a cualquier lazo comunitario, guiados sólo por presuntas exigencias de una “razón” universalista y cosmopolita, socava la nación y el estado.

¿Debía prevalecer el interés del individuo o el del estado representante del conjunto de los ciudadanos, su expresión jurídica y política, en palabras de Renan?

¿O los derechos del individuo debían primar sobre los atribuidos a la colectividad y sus instituciones?
¿Ganaría el nacionalismo o el individualismo, o habría equilibrio entre ambos?

En la práctica, estas discrepancias y dilemas han dado lugar a estados más o menos nacionales, más o menos liberales o más o menos totalitarios, en procesos a veces terriblemente SANGRIENTOS.

La vida parece depender de difíciles equilibrios, y romper éstos por un lado u otro, con la idea de lograr una estabilidad perfecta, suele acarrear malas consecuencias.
Pio Moa
 
Blog con datos que la prensa habitual no acostumbra a insertar. Es conveniente sacar a la luz aquello que se esconde o camufla.

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